Saluda


Bienvenido al Blogger de la Cofradía de Nazarenos y Hermandad Penitencial de San Juan Evangelista, Santísimo Cristo de la Clemencia y Nuestra Señora de la Misericordia de La Carolina (Jaén).
Queremos, a través de esta página, mostraros todo lo referente a esta Hermandad: noticias, actos, vivencias; en definitiva, informaros de todo lo que se lleva a cabo en la misma a lo largo del año.
Queremos que conozcáis, a través de estos nuevos métodos de información, el sentimiento cristiano y católico que nos acoge, la labor con la sociedad, el compromiso con la fe y la humildad que debe de reinar en nuestros corazones, y cómo no, haceros partícipes de todos los proyectos y retos de esta Hermandad que comenzó su andadura hace más de 100 años en La Carolina.
Por todo ello, disfruta de esta página.

La Hermandad

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Cartel "Jueves Santo 2014"

Foto cartel: Jesús Parra Delgado


Ésta es nuestra bandera, nuestra insignia, nuestro orgullo para este Jueves Santo.
Este cartel anunciador de nuestra Estación de Penitencia pretende reflejar lo mejor de nuestra Hermandad, nuestra esencia, lo que nos define.

Es como una palabra visual de lo que queremos mostrar a los demás.
Es toda una oración captada en la belleza de un instante.
Es toda una oración captada en la emoción de un abrazo ilusionante.
Es toda una oración captada en la dulzura de una lágrima suplicante.
Es toda una oración captada en el sonido del silencio orante.
Es toda una oración captada en la emoción del recuerdo añorante.
Es el sueño del costalero y el capataz.
Es el sueño del penitente y de todo hermano de San Juan.
Es todo lo que no se puede decir con palabras porque el lenguaje del corazón es mucho más profundo, más sutil, más evocador.
Es un canto a la esperanza confiada que nos muestra un Hombre superior.
Es un canto a la dignidad en el sufrimiento que nos abre las puertas de la paz interior.
Es un canto a la majestad que irradia Dios hecho Hombre por Amor.
Es un canto a la humildad aterciopelada en una túnica enamorada de su Señor.
Es un canto al agradecimiento emocionado de todo cristiano al ver reflejados en los ojos de su Dios a todos los que quiso y conoció porque
descubre con satisfacción que están esperándonos, libres de muerte y temor, recostados en el pecho de quien es su Salvador.
Es un canto a la valentía y gallardía de una Hermandad superior que jamás se rendirá para anunciar a todo el que quiera escuchar su voz que siempre será Jueves Santo en el corazón del cofrade fiel y cumplidor; un Jueves Santo libre de la lluvia, de la duda y la resignación interior; un Jueves Santo libre del llanto, la desilusión y el temor; un Jueves Santo donde siempre brilla el Sol del Dios de la Vida, de la Gloria y del Amor.
Este cartel es también un canto al silencio atronador que surge alrededor cuando estas puertas son abiertas de flor en flor para contemplar con emoción a todo un Dios que se te queda mirando desde su trono superior con una mirada nueva llena de dulzura y comprensión que nos habla al corazón.

Y es un Dios tan grande, tan cercano, tan entrañable, tan fiel que, cuando nos mira y sabe que hemos comprendido su mensaje de fe no puede contener las lágrimas que van acariciando su piel para caer sobre nosotros que estamos a sus pies para que lloremos también al saber que Él se desvive por no vernos desfallecer; se muere por vernos renacer; se emociona cuando nos acercamos a Él; sonríe al susurrarnos por enésima vez que volveremos a estar todos juntos más allá de este mundo inundado de separaciones por la muerte cruel.

Y en cada lágrima que vierte el Señor hay un mensaje profundo que nos llega, como un susurro, al corazón porque sabe que podemos perdernos en esta vida llena de dolor. Y es entonces cuando este cartel se convierte en Palabra de Dios al asegurarnos sin cesar:

Acude a Mí cuando sientas que no puedes más.
Acude a Mí cuando la muerte veas llegar.
Acude a Mí cuando la soledad mine tu seguridad.
Acude a Mí cuando la enfermedad te visite sin avisar.
Acude a Mí cuando la calumnia te ataque sin piedad.
Acude a Mí cuando la duda te asfixie sin vacilar.
Acude a Mí cuando el cansancio y el agobio no te deje avanzar.
Acude a Mí cuando la culpabilidad no te deje descansar.
Acude a Mí cuando te quieras reclinar en mi pecho como San Juan.

Es ahora y sólo ahora cuando nos convertimos en el amigo fiel y cumplidor, en el amigo que se sobrepone al temor, en el amigo que sostiene a la Madre del mayor dolor porque con el permiso de San Juan Evangelizador queremos reescribir la historia de la Pasión del Señor para que cuando llegue Jueves Santo, ya llueva o haga calor, al abrirse estas puertas de la ilusión y ser presentado al pueblo el Señor del Amor quede olvidado el clamor que Pilato escuchó cuando a todos lo mostró cubierto de latigazos y dolor. Un clamor que sentenció:

Hacia la cruz.
Hacia la humillación.
Hacia la desaparición.
Hacia la maldición.
Hacia la desolación.
Hacia el dolor.
Hacia el temor.
Hacia la angustia.
Hacia el llanto.
Hacia el olvido.
Hacia el terrible castigo.
Hacia la muerte.
Hacia el olvido de Dios.

Pero el Jueves Santo ese clamor lleno de odio y espanto será silenciado por el hermano sanjuanero que posará su mirada en el Señor del mayor Consuelo para que cuando salga del pretorio de esta Casa-Hermandad no pare de escuchar:

¡Hacia la gloria, Señor mío, hacia la gloria!
¡Hacia la gloria de tu infinita Clemencia!
¡Hacia la gloria de tu poderosa inocencia!
¡Hacia la gloria de tu gallardía!
¡Hacia la gloria de tu valentía!
¡Hacia la gloria del feliz reencuentro!
¡Hacia la gloria del deber cumplido!
¡Hacia la gloria del triunfo merecido!
¡Hacia la gloria del Dios encarnado!
¡Hacia la gloria de tu reinado!
¡Hacia la gloria del que vive sin temor!
¡Hacia la gloria del Amor!
¡Hacia la gloria del que ya nunca nos abandona!
¡Hacia la gloria de la paz conquistada!
¡Hacia la gloria de la ilusión!
¡Hacia la gloria del perdón!
¡¡¡Hacia la gloria, Señor!!!